miércoles, 12 de febrero de 2014

La Leyenda China de “El Amuleto de Jade”


Desde la antigüedad se le atribuían a este mineral extraños y maravillosos poderes. Se decía que la persona que lo tuviera en su poder sería una persona muy poderosa.

Un buen día: Xunlai, un joven inquieto y despierto proveniente de una familia pobre que se sustentaba de un pequeño arrozal que poseían, culminó con sus tareas en el cultivo y decidió dar un paseo para disfrutar del nuevo clima primaveral que asomaba. Mientras caminaba y disfrutaba de la brisas decidió sentarse a descansar sobre unas grandes rocas. El pequeño se quedó dormido un largo rato y cuando despertó la noche se había hecho.

Cuando se aprontaba a emprender la partida a su casa, se percató de algo que en las rocas brillaba. Lo tomó, era un objeto extraño, un trozo de tela blanco con bordados en oro. Pero esa tela envolvía un disco de oro puro que llevaba incrustada una piedra de jade pulida en su centro y una cadena en el extremo.

Sin olvidar la posible preocupación de sus padres se colgó el medallón y partió rápidamente a su casa. Al llegar su madre acababa de finalizar la cocción de la cena, un humeante cuenco lleno de arroz. Xunlai pensó: ¡Cuánto me gustaría hoy cenar otra cosa, en esta bonita noche de primavera!

Cuando su madre apoyó el cuenco sobre la mesa el asombro fue enorme, el arroz se había convertido en un sabroso rollito de primavera. El niño no lo dudó y comenzó a comer desenfrenadamente y su madre gritó instantáneamente que no lo tocara, que debía tratarse de la obra de malos espíritus de la noche.

El niño con una pícara rapidez le dijo que era valiente y que “lo que no mata, engorda”. Luego de esa noche comenzó una etapa fructífera para la familia, en un principio era todo lo que Xunlai deseaba lo que se cumplía, pero luego era toda la familia. 

A los pocos meses la familia se instaló en la ciudad y puso un restaurante que se convirtió en el de mayor éxito en la ciudad. Hoy en día Xunlai tiene una cadena de restaurantes chinos en todo el mundo, fruto de su imaginación, y claro está al “Amuleto de Jade”.



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