El elefante es uno de los amuletos más
conocidos y utilizados ¿quién no se comprado o le han traído de sus viajes un
elefante de madera o marfil?
Se le considera guardián de las casas,
su origen lo encontramos en la India y se refiere al dios Ganesh. Dios de la
sabiduría, de la buena suerte, el comercio y las letras, es invocado por
escritores, comerciantes, y en los juegos de azar.
La creencia es que con su trompa
ayudaba a eliminar obstáculos. Antes de cualquier viaje o empresa difícil es
recomendable encomendarse a Ganesh, para que todo llegue a buen fin.
Los hindúes consideran al elefante un animal muy inteligente y así, Ganesh se
convierte como el más inteligente de los dioses.
Son muchas las personas que ponen en la
entrada de su casa un elefante para guardar su hogar de todo mal y que les
proporcione buena suerte, pero, hay que saber que el elefante debe tener la
trompa hacia arriba y mirar hacia la puerta de entrada.
Los elefantes con la trompa hacia abajo
atraen las malas energías. Aunque este amuleto es utilizado con forma de
elefante, en la India se representa a Ganesh en su forma humana con cabeza de
elefante, cuatro brazos y una gran barriga.
Su aspecto nos dice que no debemos
guiarnos por las apariencias y que sólo aquél que mire en el interior podrá
llegar a encontrar lo que busca.
Esta es su leyenda:
Ganesh era hijo de la diosa Parvati y
el dios Shiva. A su madre le gustaba estar sola y habitualmente le encargaba a
Ganesh el papel de centinela de sus aposentos. En cierta ocasión la diosa
Parvati, quiso bañarse sin ser molestada y le hizo una vez más, el encargo de
vigilar la puerta y prohibirle la entrada a cualquiera que intentara entrar en
sus aposentos mientras ella se bañaba.
Pero he ahí que fue su padre el dios
Shiva el que quiso entrar en los aposentos de su esposa. Ganesh, fiel al
encargo de su madre le prohibió la entrada a su propio padre. Shiva, entonces
se enfureció, sacó su espada y le cortó la cabeza al pobre Ganesh. La cabeza
saltó, empezó a rodar por una pendiente y desapareció.
Parvati, ante tanto alboroto salió de
sus aposentos y se encontró a su hijo decapitado por su padre. Ella llorando le
dijo a su marido que su hijo sólo cumplía sus órdenes. Shiva, arrepentido por
el momento de ira, mandó a un sirviente que le trajera la cabeza de su hijo, al
no encontrarla, el dios le ordenó que trajera la primera cabeza que encontrase.
Y, la primera cabeza que encontró fue la de un elefante que presto se la llevó
a su amo.
El dios Shiva inmediatamente le puso la
cabeza de elefante sobre los hombros de Ganesh y le resucitó. A partir de ese
momento Ganesh dejó de ser un apuesto joven y se convirtió mitad hombre, mitad
elefante.
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