Por esta razón, nunca se deben regalar tijeras, salvo que se dé a cambio una moneda o se pinche previamente, de forma inocua, a la persona que es destinataria del regalo.

En cualquier caso, cuando unas tijeras caen el suelo, la persona a la que dirigen su punta esá siendo señalada como victima de un mal o desgracia inmediata.
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